Monster High en Español

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Bienvenidos a un nuevo curso en el terrorifico Monster High


    Enemigo de la luz

    Purple
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    Mensaje  Purple Miér Jul 06, 2011 5:39 am

    Nota: hace poco lei Monster high, realmente no es mi tipo de literatura pero, fue bastante entretenido de leer ^^ y decidi escribir un fanfic introduciedno un nuevo personaje y como cambia su vida al llegar a Salem y conocer a los RADs... talvez les guste y espero subir mas pronto, ah! y me disculpo por el chiste inmaduro :3


    † El sol muere en Salem †

    Su vida estaba deshecha. De hecho, su vida había sido siempre un desastre, su mente estaba siempre saturada de sufrimiento y frustración y su duro y frio corazón se encogía, cada vez más cuando contemplaba días como este. Era absolutamente magnifico, el cielo se teñía de bronce, negruras y cardenales, las nubes se revolvían creando una hermosa abstracción junto a diminutos y frágiles destellos (oh, pero tan poderosos, pensaba el) dorados que recordaban a alguna pintura surrealista. Habían algunos pajarillos de colores celestes cuyo plumaje parecía tornarse purpura cuando era bañado por los agonizantes últimos rayos de sol, que revoloteaban afanados ante la inminente oscuridad devoradora, junto a pequeños niños llenos de euforia que se rehusaban a abandonar el pintoresco parque, resistiéndose al gentil tacto de sus madres y sus dulces voces sobornándolos con un trozo de pastel de chocolate extra si regresaban a casa ahora.

    En tan solo unos minutos la noche ansiosa lo había devorado todo, como una oscura dama de malos modales. El antes vivaz parque, saturado de colores pasteles y otros radiantes, yacía inerte ante sus ojos, oscuro, frio, pálido, muerto. Mas similar a su existencia supuso, y era mejor así, el abrazador silencio, el frio dulce y doloroso, al menos así no parecía que el universo se mofara de él mostrándole uno de sus radiantes y alegres días. Dejo escapar un suspiro, uno largo pero que se ahogo de inmediato ante la ausencia de alguien que lo escuchara, o le importara si quiera. Tomo una bocanada de aire fresco, pudo percibir corteza de árbol y tierra y tal vez algo de lluvia y caramelo. Aquel aroma le resultaba dulce o al menos no tan amargo como el que desprendía el eternamente: Café, tabaco, alguno que otro compuesto no precisamente legal y la fuerte mixtura química de tintura para cabello. Dejo caer su cabeza hacia atrás, la luna ilumino sublime su pálido rostro. Lo observaba con imparcialidad, y él la observaba con absoluto éxtasis; no lo juzgaba, no, tampoco lo amaba, pero eso le bastaba. Cerró los ojos, queriendo perderse en ella, queriendo ser hipnotizado por su belleza, su mar de blancuras, recordó por instante la sonrisa de Cheshire y deseo convertirse en un gato, su cordura, su conexión con la realidad se desvanecian lentamente trayéndole aquellos pensamientos sin sentido y hundiéndolo en un profundo sueño.

    No estaba soñando precisamente, o no lo recordaba y realmente prefería no hacerlo pero aquellos sutiles empujoncitos en su hombro lo habían sacado de las tinieblas que se habían apoderado de su mente. “ Ahora qué?” Lentamente (queriendo resistirse a hacerlo) abrió los ojos, al principio danzaron ante él diversos colores, luego un inquietante borrón de un pálido marrón y luego, cuando sus ojos fueron capaces de enfocar se alzo ante él una chica con una inquietante expresión grabada en su rostro de tez un poco mas parda que la arena, sostenía ambas manos sobre las caderas y lo observaba expectante. Aunque al principio quiso, sin importarle lo atractiva que era, enviarla al infierno mismo por perturbar el sueño y descanso que no había conseguido en días se contuvo y le devolvió la mirada, con la exactitud de un espejo esperando que al menos la interrupción diera algún fruto.

    –Por Ra!– Exclamo ella soltando un leve suspiro de alivio y llevándose una mano al pecho – Sigues vivo.

    –Trato de no arrepentirme de ello– Contesto él, riéndose para sus adentros de la absurda idea de que la conversación podría serle interesante o al menos más que por fin descansar, pero disfrutando del empalagoso aroma a ámbar que ahora llenaba sus sentidos.

    –De que rayos hablas… escúchame–Replico la chica con un sutil aire de arrogancia e impaciencia golpeando la tierra bajo sus pies con su calzado de gladiador, pero su actitud cambio de inmediato cuando sus carnosos labios se abrieron de nuevo a algo más similar al nerviosismo y temor– sé que esto sonara ridículo, pero… tienes una víbora en los pantalones.

    Le fue bastante difícil evitar carcajearse en la cara de la chica y contestar como un inmaduro adolescente “Es lo que todas dicen”, por suerte, conservo su postura (aunque una sutil sonrisa no pudo evitar cruzar su rostro) y la observo alzando las cejas ante su declaración en una expresión anonadada y otra incrédula. Ella frunció el seño y sus profundos ojos turquesa adquirieron un brillo depredador, obviamente se sintió insultada. Sin decir palabra alguna señalo con uno de sus finos dedos, adornado por exótica joyería hacia su pierna. El observo, sin demasiado interés, pero para su sorpresa a pocos centímetros de su ingle, en su pierna derecha, bajo su ceñido pantalón se dibujaba una extraña figura y ahora, consciente de ello, tenía una extraña sensación, húmeda y fría en aquel lugar.

    –Es venenosa– Añadió la chica mientras revisaba sus perfectas cutículas mirándolo de reojo con un fingido aire de desinterés. Si que se sentía insultada. Él, no pudo evitar sonreír de nuevo y poner los ojos en blanco.
    Y ante aquella declaración y la ahora indiferente actitud de la chica, cualquiera habría quedado en un terrible estado de estupefacción, seguramente entrando en pánico y rogando por ayuda. Pero el, parecía más fascinado con todo el asunto y con la presuntuosa chica, de hecho, se preguntaba cómo había subido hasta allí la serpiente sin que él se hubiera dado cuenta… sí que estaba cansado, seguía estándolo.

    Con rapidez se puso en pie, causando que el reptil serpenteara un poco, se dio vuelta, dándole la espalda a la joven por unos segundos y con destreza y total falta de miedo, o más bien, sentido común introdujo su mano en su pantalón y tomo a la víbora por la cola, arrojándola con fuerza al césped.

    –Hisette!–Grito la chica abalanzándose hacia la serpiente y estirando su mano para que la serpiente subiera a esta.

    –Asi que es tuya?

    –Sí y la trataste como si fuera un trozo de goma– dijo ella completamente ofendida y acariciando a Hisette como si de un pequeño cachorro se tratara, la serpiente había clavado sus rojizos ojos en él y siseaba amenazante. Todo el asunto, que había durado unos diez minutos, había sido lo más interesante que él había presenciado en un largo tiempo. Continúo observando a la chica, por largos minutos era una belleza exótica, llevaba largo cabello azabache surcado por gruesas líneas doradas, su piel tenía un exquisito tono latte, sus labios eran carnosos, teñidos de mocca, sus ojos eran resplandecientes y de un raro tono verdoso que contrastaba a la perfección con sus rasgos egipcios y el espeso delineador purpura le añadía dramatismo y profundidad a sus ojos.

    –Disculpa por eso y gracias– dijo al fin, no porque aunque demostrara indiferencia había sostenido cierta preocupación hacia él, sino porque había hecho de sus días un tanto menos aburridos. Ella lo miro, con interés y tras unos segundos revelo una sonrisa.

    –Mi nombre es Cleopatra, Cleopatra De Nile– dijo ella relajándose y ofreciéndole la mano que no sostenía a la alterada y mortífera serpiente.

    –Gerard Mephisto– dijo él, tomando su mano plantándole un sutil y frio beso.


    ...

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